martes, 28 de abril de 2009

En Cuanto a Los Pulmones Cavernosos

intente gritar y mis labios y mi lengua, resecos, se agitaban convulsivamente en la tentativa; pero ninguna voz brotaba de mis pulmones cavernosos, que, oprimidos como por el peso aplastante de una montaña, jadeaban y palpitaban , lo mismo que mi corazón, a cada penosa y dificultosa inspiración. EDGAR ALLAN POE

No hay comentarios: